domingo, 15 de noviembre de 2020

Los sentidos: ¿fuente de engaño o de conocimiento?

 

La epistemología es la disciplina filosófica encargada del estudio del conocimiento.  Sin embargo,  hasta el siglo XVIII la epistemología ocupó el centro de la investigación filosófica con asuntos como el método adecuado para progresar en el conocimiento, el papel que desempeñan nuestras propiedades cognocitivas  o el modo de reconocer la verdad. Los filósofos  de esta época decidieron no formular una doctrina filosófica sobre la realidad en su conjunto o sobre el ser humano en particular hasta no tener resueltas estas cuestiones. La epistemología está formada por dos facultades cognocitivas: la razón y los sentidos aunque la imaginación y la memoria también desempeñan un papel importante. Todos nuestros conocimientos son el resultado del trabajo que han realizado conjuntamente la razón y los sentidos, pero también posible analizarlas por separado. Así formaremos el conocimiento sensible y el conocimiento racional. En el conocimiento sensible procesamos en nuestra mente toda la información que captamos a través de nuestros sentidos, de modo que captaremos todo lo que ocurre a nuestro alrededor. Gracias a este conocimiento podemos facilitar nuestra supervivencia como el hecho de encontrar comida, oír alarmas que indiquen peligro o notar el calor o frío. También están presentes las sensaciones que son fenómenos psicofísicos que se originan en nuestros órganos sensoriales cuando son estimulados y la percepción que consiste en la interpretación que hacemos de las sensaciones captadas por los sentidos. En cambio, el conocimiento racional es el único que tiene esta capacidad cognoscitiva ya que es capaz de pensarlo racionalmente, no como los animales que solo disponen de sus sentidos. Este tipo de conocimiento es abstracto, ya que trabaja con conceptos que son creados por un proceso de abstracción que consiste en extraer las características comunes que comparten una serie de objetos particulares y obviar las que los diferencian. Los elementos que forman el conocimiento racional son los conceptos, los juicios y los razonamientos. Pero ¿los sentidos son fuente de engaño o de conocimiento? ¿Es más correcto que el ser humano se guie por sus  propios sentidos o razonando a través de la razón? Vamos a comprobarlo.

Ya he expuesto los dos tipos de facultades cognocitivas, que son el conocimiento sensible y el racional. Pero también podemos llamarlas como el movimiento racionalista y el empirismo. El racionalismo sostiene que el único conocimiento válido es el que procede exclusivamente de la razón. Esta no tiene límites para conocer y es la única que nos lleva a la verdad. Sus principales representantes son René Descartes y Platón y  se creó en el siglo XVIII. Los racionalistas desconfían totalmente de los sentidos ya que dicen que proporcionan una información engañosa, es decir, del empirismo, que explicaré posteriormente.  Ellos comentan que los desajustes detectados entre la realidad y la información que nos proporcionan son considerados como un motivo suficiente para no permitir que se conviertan en la base de nuestro conocimiento. La solución de los racionalistas se basa en distinguir entre los conceptos que tienen su origen en la experiencia sensible y los que son generados por la propia razón. Después de hacer esta distinción, todo el conocimiento se debe hacer sobre la base que nos proporcionan los conceptos puramente racionales. Las ideas que forman este conocimiento son innatas y funcionan como unos anxiomas o ideas incuestionables y evidentes con los que nacemos, a los que llegan por intuición racional y de los que se deducen el resto. El método deductivo está presente ya que parte de lo general para llegar a lo particular, lo sigue el modelo matemático. Por otro lado, tenemos el empirismo que se basa en el conocimiento por parte de los sentidos, ya que los empiristas afirman que la única fuente que origina el  conocimiento es la experiencia de nuestros sentidos. Sus principales representantes son Hume, Locke y Bacon y se dio a conocer en el siglo XVII Y XVIII. Y afirma que la razón no funcionaría si no hubiera experiencia sensible anteriormente.  Al menos, los empiristas no desechan el trabajo de la razón pero la sitúan como un término posterior ya que niegan la existencia de conceptos que no procedan de la experiencia o afirman que, si existen, estos son imaginarios de modo que no serían la base de ningún conocimiento fiable sobre la realidad. Por lo que sería conveniente examinar los límites que tiene la razón. Las ideas que forman este modelo epistemológico no son innatas, sino que proceden de datos facilitados por los sentidos. Predomina el método inductivo ya que parte de las cosas particulares para llegar a lo general, y es propio de las ciencias experimentales.  Un experto nos explica por qué nada es lo que parece, sino que depende, ¿de qué? Del contexto. “Cada sentido tiene una parte del cerebro o varias encargadas de controlarlo, este órgano clasifica los estímulos recibidos según nuestra subjetividad y nosotros los organizamos a través del lenguaje”, esto nos lo explica el psicólogo André Didyme-Dôme, que tiene un máster en comunicación.  Comenta que el dicho de “nada es lo que parece” resulta ser muy cierto ya que desde la filosofía se plantea que los sentidos nos engañan, pero esto tiene una base biológica. Ya que el engaño es causado por varias raciones como por alteraciones o lesiones en los órganos (tumores), otras por problemas químicos o eléctricos en el cerebro (enfermedades mentales) o por el consumo de sustancias psicoactivas que alteran la percepción, como los alucinógenos. Pero aunque no tengas ninguna enfermedad o no te hayas tomado nada raro, sigues descubriendo que tus sentidos te engañan. Es más si no fuera por ese engaño, no tendríamos cine, magia, ni arte. Ahora, voy a explicar diferentes ejemplos en el que nos daremos cuenta de que nuestros sentidos nos engañan.  Por ejemplo, los magos utilizan la distracción para desviar la atención del público hacia otro lado, mientras que en otro lugar está sucediendo algo que realmente no percibimos. Además, el cine aprovechó una condición natural del ojo para crear la ilusión de movimiento. Fue descubierto por Peter Mark Roget, que fue un físico que se quedó ciego debido a la cantidad de experimentos que había realizado. Se dio cuenta de que al pasar varias imágenes en secuencia a una velocidad de 24 a 36 imágenes por segundo, el ojo deja de ver cada imagen por separado y ve movimiento, es una pura ilusión explica el experto. Otro ejemplo sería el de que vas subiendo una escalera y de pronto, pones el pie en el último peldaño y te das cuenta de que hiciste un esfuerzo innecesario porque no había ningún escalón allí: tus ojos te engañaron. ¿Te ha pasado alguna vez? No te preocupes que no estás enferma, es muy normal ya que se trata de un problema de percepción.

Según muchos filósofos para adquirir conocimiento nos fijamos en muchos factores, entre los que se encuentran el uso de los sentidos, junto a nuestras experiencias. En mi opinión, pienso que los sentidos son una fuente de conocimiento fiable ya que gracias a ellos podemos valernos de nuestra vista, gusto, olfato, oído o tacto para adquirir nuevos conocimientos. Pero es cierto que los conocimientos adquiridos a través de nuestros sentidos no son siempre verdaderos, ya que a veces debido a factores externos como el miedo, cansancio, enfermedades, sustancias malignas, etc pueden hacer que nuestros sentidos se equivoquen y nos den un nuevo conocimiento. Ya que para mí, el conocimiento no debe ser una idea verdadera, sino una nueva información que aumenta nuestra experiencia y aprendizaje. Sin embargo, estoy muy en contra de que los racionalistas sostengan que el único conocimiento válido es el proporcionado por la razón ya que aunque nuestros sentidos a veces se equivoquen, siguen siendo muy útiles y por lo tanto no hay que descartarlos. Por otro lado, creo que no se puede hacer ciencia a través de los sentidos ya que el mero hecho de ver algo u oír algo no significa que sea verdad. Primero creamos una nueva idea a partir de los sentidos, posteriormente mediante la experimentación debemos mostrar que es una idea verdadera. Para concluir, yo afirmo que los sentidos nos han sido muy útiles a lo largo de la historia, y gracias a ellos hemos progresado en muchas cosas como en el cine, teatro e incluso la magia ya que sino es por los engaños que nos producen nuestros sentidos, no existiría. ¿Consideras que la razón puede superar a todo lo que han podido hacer los sentidos propiamente dichos?

Aquí os dejo un enlace de un vídeo que nos muestra cómo nos engañan nuestros sentidos. 

https://youtu.be/aS-vzPuZzuk

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